Temas de la medianoche es un libro diferente: lo que está puesto de relieve, en esta poesía, es el amor, la cadencia del amor, y todas las sutilezas que se desprenden de él: la ternura, la empatía, el cariño.
La mirada de la poeta observa desde diferentes ángulos y situaciones, cómo se ama y a quién se ama. Y sigue en esta línea a veces cargada de inocencia, a veces de dramatismo, otras de inquietud, pero siempre partiendo del eje del “sí mismo”.
Sin el amor, no hay posibilidad de desplegar la existencia con todo su sentido y también con su sinsentido. Sin el amor, nada queda entre las manos; nada queda que sea totalmente válido.
Como si la tarde / pudiera decirnos algo, / en ese momento / en que tu mano / me llama a tu pecho, / yo me concentro / en nombrar / esto que no tiene nombre.
Sin el amor, no hay mucho más para decir.