Novedades
-
Artaud - Lengua ∞ madre
-
Manifiesto basura: estallidos de un discurso desmanicomializador
-
Pequeña flor del ghetto
-
Introducción a la técnica
-
Estudios sobre la espacialización de los Estados
-
La Nación - o el sentido de lo social -
-
Diario de mudanza
-
Ellas bailan con todos
-
El almanaque de las señoras
-
El pensamiento del poema
-
Bordar un alfabeto
-
Populismo y derecha radical en el siglo XXI
-
Terapia hortícola
-
Espacios revelados
-
Segregación y judaísmo en el Moisés de Freud
-
¿El arte de demoler?
-
La boca de la tormenta
-
Actores sueltos
-
Cómo piensan los bosques
-
El saber del trabajo
-
Buenavista capital del sexo
-
Constelaciones del fantasma
-
Unidad versus el 1% - Rompiendo ilusiones, sembrando libertad
-
Cúpulas de tierra optimizadas
-
Durante la esfera azul / La noche de los mis bemoles
-
A propósito de Babasónicos
-
Autómata y caos
-
Diario de Islandia
-
Filosofía profana
-
Otra luz
-
Praga de noche
-
La enumeración
-
Memoria del polvo
-
Me hace ilusión
-
¿Qué hace un psicoanalista?
-
Artaud - Lengua ∞ madre
-
Manifiesto basura: estallidos de un discurso desmanicomializador
-
Pequeña flor del ghetto
-
Introducción a la técnica
-
Estudios sobre la espacialización de los Estados
-
La Nación - o el sentido de lo social -
-
Diario de mudanza
-
Ellas bailan con todos
Mi nombre es Sabrina Winik, soy música y docente de formación. Hace muchos años empecé a trabajar en la administración de una editorial. En un momento la editorial decidió autodistribuirse, tarea que asumí con mucho interés y eventualmente otras editoriales comenzaron a querer trabajar con nosotras. No sabía que había un trabajo que podía unir dos cosas con las que siempre me relacioné mucho: Los libros y las planillas.
Después de varios años de trabajar en el sector empecé a gestar este proyecto, Colibrí Viajera.
Me interesa formar parte de la cadena del libro. Siempre me gustó mucho leer y es, como el tocar instrumentos, algo constante que me acompaña. La edición no es lo mío, ni tampoco escribir. Pero sé que puedo hacer llegar los libros a lugares (literal y metafóricamente hablando).
Elegí al colibrí porque es un ave que, además de su belleza y su inusual velocidad, tiene ciertos aspectos simbólicos y encierra (libera) leyendas que llegan desde lugares alejadísimos entre sí pero que, de alguna manera y como muchas leyendas, se emparentan.
En lo personal representa la magia, la vida y por qué no, el amor y la amistad.
Tal vez todos esos elementos sean los que formen a esta distribuidora que nace en la mismísima incertidumbre.
Espero que este proyecto tome ese vuelo del colibrí y que quien está leyendo me acompañe en el viaje ¡A leer!