Para acabar con la Salud Mental de una vez por todas:
Sería un error leer Mundo loco como la nueva referencia teórica. Ese tan anunciado sistema que abarca todo y nos devuelve la confianza, aquella que nos han dicho que necesitamos “desesperadamente” en estos tiempos de dispersión y precariedad en los que falta la “esperanza”. Uno no debería buscar un manual en su extraordinaria proliferación de ideas y preguntas. Mundo loco no es una versión trastornada de Foucault. Quisiéramos que sea leído como un cuaderno de formación política que enfrenta tres adversarios:
1) Los burócratas del malestar.
2) Los empresarios de la alegría.
3) Y el gran enemigo, el adversario estratégico: el mercado de la normalidad.
Mundo loco es una introducción a la vida antifascista. Este arte de pensar contra toda forma de crueldad, ya sea actual o inminente, ya sea propia o ajena, conlleva ciertas premisas de acción colectiva: no tenés que estar triste para ser un activista, incluso si aquello contra lo que estás luchando es una mierda; lo que posee fuerza revolucionaria es la conexión de la política del dolor con la invención de una felicidad subversiva.
No te enamores de tus síntomas