La Segunda Luz es un gesto de escritura poético donde la sonoridad de las palabras crea una lengua propia que se desplaza hacia una segunda, que ilumina la memoria y los recuerdos-presentes a través de una trama rítmica y musical. Ese desplazamiento permite habitar de manera orgánica la poesía a la que nos invita.
Dice Pablo Carrizo:
“Cuando era niño muchas mañanas escuché a mi abuela Lucía trabajar.
Zurcía, baldeaba, batía, guardaba, agarraba mi mano antes de cruzar.
Entraba luz por las ventanas.
Ahora me doy cuenta cuando intento escuchar el aire: muchas mañanas sentí la voz de Lucía.
Estos poemas le preguntaron cosas”.