El porfiado
Desde hace tiempo
un pajarito choca mi ventana.
No sé por qué lo hace.
Adentro de mi casa ya no hay árboles y justo en estos días estoy yo nomás,
entre papeles.
Hoy insiste de manera especial y me parece que ocurre que se ve reflejado.
Que el pajarito quiere ir con él mismo, lucha por eso
tengo la cabeza abollada
de mirarlo.
Él intenta, insiste, de una manera tan porfiada que mis papeles se largan a nombrarlo
y me sangra la boca.