“Una vida doméstica” es un poemario donde la autora regresa para salir, esa es la acción. Alicia nos invita a entrar a una intimidad vital, a su casa/taza/cuerpo. Ha construido muchas casas diferentes pero existe un deseo que se repite y es que el sol entre para quedarse. Sacar la casa-cuerpo afuera es su pulsión de vida, eso que empuja al borde exigiendo movimiento, como la fuerza del agua que sigue su curso y esquiva los cuerpos.

¿Cuántos sueños, recuerdos y silencios puede alojar una vida doméstica? Silencios que se estiran hasta llegar al miedo.

“los sueños secretos hacen surcos en nuestros cuerpos”

¿Qué pasa cuando la casa/cuerpo es intemperie? Lo que acecha, es un intento por recuperar las huellas, las marcas, el deseo.

“un mundo iluminado/ transparente que/ luego te expulsa/ hacia esa línea horizontal/ que diferencia/ el afuera del adentro”

Estos versos que le son propios también le son ajenos, puede ser tortuga- langosta, estos pequeños grandes gestos íntimos y cotidianos construyen “Una vida doméstica”.