Fukuoka, amable, respetuoso y serenamente convencido de todo lo que dice, nos convida su sabiduría en forma de libro. Vale la pena escuchar sus palabras, verlo caminar, esparcir sus semillas. En “La revolución de una brizna de paja” sensei Fukuoka explica su método de cultivo natural, pero fundamentalmente nos conecta con su manera de ver el mundo y a la humanidad en su extraña relación con la naturaleza. Nos da las herramientas filosóficas con las que cultiva sus campos.
En su intenso camino Masanobu elevó su música del no hacer, y así escuchamos el silencio, ese silencio de semilla que al brotar descubre que es parte de algo mucho más grande.
Su obra es un rezo a la vida sencilla.
“Cuanto más aumenta el agricultor su escala de operaciones más se disipa su cuerpo y espíritu y más se aleja de una vida espiritualmente satisfactoria. Una vida practicando la agricultura a pequeña escala puede parecer primitiva, pero viviendo una vida de este tipo se hace posible contemplar el Gran Camino (el camino de sabiduría espiritual que implica atención y cuidado en las actividades ordinarias de la vida diaria).
Yo creo que si uno examina a fondo su propio entorno y el mundo cotidiano en el que vive, le será revelado el mayor de los mundos”.