El río es una herida que nunca sana, de Pablo Vidal, teje un tapiz de historias ambientadas en un universo lleno de paisajes y personajes memorables. A lo largo de estas narraciones, seguimos a los protagonistas que, de una u otra manera, han sido testigos del fluir del río que atraviesa sus vidas y que simboliza un ciclo constante de repetición y renovación, incluso en la escritura de este libro (como el agua, como la sangre: la tinta), porque “lo que sucede en un río, sigue sucediendo para siempre”. Las tramas nos ofrecen situaciones donde la naturaleza –el campo, el viento, las tormentas– no es solo un telón de fondo, sino la fuerza que moldea y refleja las vidas de los personajes”.
Con una prosa ya característica: entre tradicional y solemne (no por eso anacrónica) y, a la vez, fresca como un mandado, Pablo Vidal no solo transita el terror de lo cotidiano, sino lo cotidiano del horror. Hipnóticos, dulces y profundos son los cuentos de El río es una herida que nunca sana.