En un cuidadoso estudio, la crítica literaria y amiga, Inés Santa Cruz, lo describe a Alberto Lagunas “capaz de contar sus sueños con precisión y de olvidar sus anteojos”, lo emparenta con Ocampo, Bioy Casares, Mujica Lainez y Cortázar, también con Libertella, Kieffer y Saer. Después desarrolla los temas y técnicas recurrentes de su escritura: la videncia, la ensoñación, la alucinación; personajes domésticos pero que pueden ser alquimistas, sabios, brujos; el arquetipo del gemelo y la escisión del yo; la ruptura temporo-espacial; el monólogo interior y el discurso indirecto libre; la técnica de la imagen única; el manejo del clímax y el anti clímax; el suspenso y el humor. Luego anuncia que Alberto está preparando un volumen de cuentos “que esperamos en breve conocer”
Un día Alberto llegó a mi casa con una bolsita de súper llena de papeles viejos, doblados, enrolladlos, abollados, escritos a máquina, con marcas de lapicera y lápiz. Eran aquellos cuentos en encuentran en su publicación 30 años después.