“En los cuentos que componen La niña de mis ojos los niños funcionan como potencia, como entes de conflicto, como mercancías, como puertas y como enigmas. (…) Esta vez, Federico Ferroggiaro se asoma por la ventana y lo que ve son los niños, a quienes convierte en el leit motiv de sus relatos”.
Carolina Rolle, para la edición de “El ombú bonsai”






